La gran mayoría de viviendas en España sufren pérdidas de calor innecesarias debido a un aislamiento térmico deficiente. En este sentido, la instalación de un buen aislante térmico supone una inversión a largo plazo.
Aunque es cierto que la mayoría de soluciones requieren de un desembolso inicial considerable, gracias a ellas es posible conseguir un ahorro energético de hasta el 35%. Por lo tanto, es una forma de ahorrar dinero a la larga.
Los mejores sistemas de aislamiento térmico para viviendas
Como es lógico, no existe una solución definitiva y adecuada para todas las viviendas. A la hora de escoger un sistema de aislamiento térmico hay que valorar cada inmueble teniendo en cuenta sus características y particularidades.
Sin embargo, sí que es posible determinar qué prestaciones debe incluir un buen aislante térmico:
- En primer lugar, tiene que ser capaz de protegerte tanto del frío como del calor. En este sentido, debe poseer una baja conductividad térmica y una alta resistencia térmica.
- Siguiendo el hilo de lo que acabamos de mencionar, debe contar con una alta resistencia al paso del calor, ya que así será capaz de retrasar la entrada del calor en verano.
- También es importante que ofrezca un buen comportamiento frente al fuego. De esta forma podrás ir más allá de simplemente aislar tu hogar; también lo estarás protegiendo y aumentando la seguridad.
- Por último, siempre es recomendable que, además del aislamiento térmico, garantice un buen aislamiento acústico y sea capaz de amortiguar el ruido exterior.
Algunos de los materiales aislantes más utilizados son los siguientes: lanas minerales (de roca o de vidrio), poliestireno expandido, poliestireno extruido, espuma de poliuretano, corcho, celulosa y fibra de madera.
Pero no basta con establecer qué características o materiales son más adecuadas para el aislamiento térmico. También es necesario decidir desde dónde se va a acometer la reforma.
Según los expertos, la parte de la casa por la que más calor se pierde son las cubiertas y tejados, y las fachadas. En total, la pérdida de calor que se produce está entre un 25% y un 30%.
Es cierto que también se puede mejorar el aislamiento térmico actuando sobre el suelo, las ventanas y las puertas. No obstante, dado que lo más efectivo es actuar sobre las fachadas nos centraremos en este tema en primer lugar.
A continuación te presentamos las mejores soluciones para mejorar el aislamiento térmico de una vivienda que existen en la actualidad.

Rehabilitación de fachadas
En primer lugar hay que indicar que no todos los sistemas de rehabilitación de fachadas conllevan una mejora en cuanto a aislamiento térmico. De hecho, hasta hace relativamente poco tiempo lo más habitual era centrarse únicamente en el aspecto estético.
Actualmente existen alternativas que se preocupan también por el ahorro energético y por alargar el periodo de vida útil de la fachada. Estos son los sistemas que incorporan soluciones para el aislamiento térmico y, por tanto, de los que vamos a hablarte.
Fachada ventilada
Se trata de un sistema de aislamiento térmico exterior que consiste en fijar sobre la fachada una capa de aislamiento. Esa capa puede estar compuesta por distintos materiales: poliuretano, lana mineral, etc.
Una estructura metálica soporta dicha capa y además tiene una hoja de protección que se encuentra fijada pero a la vez separada. En el espacio que se crea con esa separación puede circular el aire de forma natural.
La cámara de aire mejora el aislamiento térmico y reduce los puentes térmicos. A día de hoy, se considera que la fachada ventilada es uno de los sistemas más efectivos en cuanto a aislamiento.
SATE (Sistema de Aislamiento Térmico Exterior)
La solución que ofrece el sistema SATE pasa por la incorporación de paneles aislantes en la superficie exterior de la fachada. Lo más habitual es que los paneles estén compuestos por materiales como el poliestireno expandido (poliespán), poliestireno extruido, lana mineral, etc.
Una vez colocados, es posible escoger entre distintos tipos de acabados para cubrir los paneles; puedes elegir desde un mortero monocapa hasta un aplacado de piedra.
En cuanto a su efectividad como aislante, hay que señalar que al envolver la capa exterior del edificio consigue eliminar prácticamente todos los puentes térmicos.
Inyección de aislamiento térmico
Sin lugar a dudas, este es el sistema más rápido y cómodo a la hora de mejorar el aislamiento térmico de una vivienda. Es muy sencillo: se llevan a cabo una serie de perforaciones en la cara interior o exterior de la fachada y se inyecta un material aislante a través de ellas.
Los materiales más populares para llevar a cabo este tipo de trabajo son el poliuretano y la celulosa.
Este sistema permite mejorar el aislamiento térmico sin la necesidad de modificar el aspecto exterior de la fachada. También favorece el aislamiento acústico y no necesita demasiado mantenimiento. Además, es bastante económico.
La principal desventaja es que no es posible comprobar si la cobertura se ha llevado a cabo de forma total.
Trasdosados
Por último queremos hablarte sobre los trasdosados, que constituyen otra solución muy recomendable para el aislamiento térmico de una vivienda.
Normalmente, para la colocación de aislamiento térmico con trasdosados se utilizan paneles aislantes de distintos materiales (celulosa, corcho, lana de roca, placas de yeso laminado, poliestireno, etc.) que se colocan adosados a la fachada. Después la fachada se cubre con pladur, madera o ladrillo, de forma que los paneles quedan ocultos.
Es una opción a tener en cuenta sobre todo si no puedes hacer obras en el exterior. Además requiere de poco mantenimiento y también es de ayuda en cuanto al aislamiento acústico.
Dentro de este sistema, existe también la opción de los trasdosados directos. Básicamente, consiste en pegar un panel aislante directamente en la cara interior de la vivienda. Para ello se recomienda utilizar materiales que ya de por sí son aislantes y que poseen cierta rigidez, como los paneles de fibras de madera o los de corcho.